Taller de escritura: El día

No querría estar en ningún otro lugar en el mundo. La brisa agradable, el césped bajo mis pies y él a mi lado medio adormilado. Últimamente parece estar siempre cansado y con la cabeza en otra parte, cuando le pregunto cambia de tema rápidamente. Confío en él pero me preocupa que le esté pasando algo y no quiera contármelo. Suspiro mientras me estiro en el césped, dándole mil vueltas en que puede estar pasándole. en ese momento Ethan se despierta y me mira intrigado.

-¿Y ese suspiro?

-¿Y esa actitud tuya?- respondo a la defensiva sin poder evitarlo, estoy harta de preocuparme sin saber la razón. Me levanto cansada, sabiendo que como siempre evitará darme una respuesta. Me agarra del brazo antes de que pueda ir más lejos.

-Espera, puedo explicártelo.

-¿De verdad? Llevas semanas intentando evitarlo.

-Sólo esperaba que fuera un buen momento, pero no quiero que esto te aleje de mí- le miro expectante, indicándole que empiece a explicarme- Me voy, me han ofrecido un buen puesto en otra sucursal de la empresa, pero tendría que mudarme- El mundo se derrumba a mis pies y contengo la respiración.

-¿Cuándo pensabas decírmelo? ¿Ibas a llamarme desde tu nueva casa? –Me siento traicionada.

-Quiero que vengas conmigo, seremos sólo tú y yo. Se que es egoísta pedirte que te alejes de tu familia y amigos, pero… te necesito- veo la ilusión en sus ojos, esperando mi respuesta. Comienzo a llorar sin poder evitarlo.

-Eres un idiota – Él me mira asustado – estaba tan preocupada, pensaba en tantas cosas horribles. Me preguntas si quiero estar contigo y que vivamos juntos ¿De verdad te hace falta una respuesta? No podría soportar que fuera de otra manera.- Me abraza aliviado y yo empiezo a reír pensando en todo lo que vendrá a partir de este momento, maldita bipolaridad –Por mucho que me abraces no te vas a librar, te toca a ti explicárselo a mis padres.

- Me da igual. ¿Para que esperar?

Y corremos juntos hacia el coche, en una carrera improvisada. No encontramos mucho tráfico por el camino, algo raro en esta ciudad, pero entonces aparece un coche en dirección contraria. Todo sucede tan rápido que por un momento parece que estoy en medio de una pesadilla, empezamos a girar y después silencio. Me siento mareada y algo confusa, miro a mi izquierda para ver cómo está Ethan y lo que veo hace que parezca que todo vuelve a dar vueltas, entonces la oscuridad viene a por mí, y yo no opongo resistencia.
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Cielo o infierno, luz u oscuridad… Con el paso de los siglos todo había perdido el sentido, se sentía tan cansada. Era como dar vueltas una y otra vez en el mismo sitio, ninguna motivación, nadie con quien hablar. Si no fuera por ese día hace mucho que habría enloquecido. Una vez cada diez años él volvía, tan joven y guapo como en aquel entonces. Cualquier castigo era poco a cambio cambio de volver a escuchar su voz, poder abrazarlo una vez más.

Eran solo unas horas, y entonces la rueda volvía a girar. Él nunca lo sabría, siempre volverían a aquel mismo día. Resultaba inútil evitarlo, y aunque al principio resultara desesperante, con el tiempo asumí que no había otro camino posible. Me sentía engañada, al menos al comienzo, entregue mi vida, juventud y alma para volver a aquel día. Pensaba que podría evitarlo, que inocente era… El amor  te vuelve irracional y el precio a pagar fue caro para mi. Pero volvería a hacerlo sólo por ver la ilusión en sus ojos, sentir que el corazón me da un vuelvo al escuchar aquellas palabras que tanto había esperado. No sabia lo que tenía y cuando me di cuenta me fue arrebatado de la manera más cruel.

Puede que pronto me conozcas, o quizás tengas la suerte de no necesitarme en mucho tiempo, pero algún día tendrás que venir conmigo. ¿A donde? Ya hablaremos de eso…