Reseña Ni de Eva ni de Adán, de Amélie Nothomb

Amélie Nothomb se sube en Tokio a la montaña rusa de una hilarante educación sentimental en brazos del muy delgado y muy oriental Rinri, un ávido lector que sueña con entrar en la orden del Temple. Amélie, decidida a aprender japonés enseñando francés a los autóctonos, conoce a Rinri en un bar. Pero, pocos días después, la relación entre maestra y alumno dará paso a una hermosa historia de amor. Distintos episodios nos sitúan, una vez más, ante una rica y peculiar visión de Japón, la de alguien nacido allí pero cuyos orígenes son occidentales, y donde la percepción de la alteridad cobra los más variopintos matices. Nothomb analiza sus experiencias desde una perspectiva casi antropológica, nunca exenta de ironía. La diversión está asegurada, pero también la ternura e incluso la melancolía…, porque cuando Nothomb escribe en primera persona fascina, divierte, hace pensar y hace reír.

De este libro no hacia más que escuchar cosas buenas y de la autora ya ni os cuento. Pero había algo que me echaba para atrás con este libro ¿El que? Pues que es una autobiografía y a mi automáticamente se me venia a la cabeza los tostones que nos hacían leer en clase, así que abandone la idea de leerlo durante mucho tiempo, hasta que un día en la biblioteca (Uno de esos en los que voy por las estanterías sacando y metiendo libros como una loca) me cruce con el y decidí darle una oportunidad.

La autora nos cuenta su etapa en Japón cuando era joven, pero no solo habla de ella, también nos cuenta las costumbres (extrañas en algunas ocasiones) de nuestros vecinos los Japoneses.Hay momentos que la autora cuenta situaciones que vivió de una manera tan divertida que no puedes evitar reírte. El libro es muy cortito y se lee rapidísimo, como ya dije antes, además Amelie lo cuenta de una manera que te encandila desde el primer momento.

Lo devore en apenas un día y me dejo enamorada de la pluma de Amélie. Me ha sorprendido y admirado que la autora sepa hablar tantos idiomas ¡Que envidia! Ya quisiera yo tener esa capacidad.

No podía acabar esta reseña sin hablar de Rinri, ese japonés que no pudo evitar enamorarse de la peculiar Amélie, lo cual me da muchísima pena por que desde el principio ella nos deja bien claro cuales son sus sentimientos por el. Rinri es un Japonés nacido y criado con las ideas de allí (Como es normal) lo que hace que nos sorprenda y divierta con lo extravagante de algunas de sus costumbres, como el tener una maleta para cada ocasión. La única duda que me deja este personaje es si era un mafioso o no jajaja.

En definitiva, un libro 100% recomendable, que os hará pasar un buen rato y os dejara con mas ganas de Amélie. Además para los enamorados de Japón, en mi opinión os gustara verlo desde los ojos de Amélie. Y un final que a mi personalmente me encanto (simplemente no imagino otro mejor)

Estaba en lo cierto. Más allá de los mil quinientos metros, desaparezco. Mi cuerpo se transforma en pura energía y en el tiempo que uno tarda en preguntarse dónde estoy, mis piernas ya me han llevado tan lejos que me he convertido en invisible. Otros tienen la misma propiedad, pero no conozco a nadie en quien resulte tan poco imaginable, ya que, de cerca, o de lejos, no es que me parezca demasiado a Zaratustra