Reseña Pomelo y Limón, de Begoña Oro

Un narrador que no revela su nombre va contando la historia de amor de Jorge y María, mostrando los mensajes y dibujos que se entrecruzan los dos chicos, las entradas que cuelga María en su blog… El narrador pretende que su novela sea una campaña, pero no de publicidad sino de todo lo contrario: de privacidad. Jorge y María tienen quince o dieciséis años y están enamorados; pero la fama de la madre de las dos hace que se vean envueltos en una espiral de rumores e invenciones, y provoca que salgan a la luz pública muy a su pesar. El narrador muestra cómo esto afecta a la relación de Jorge y María y a la forma que ambos tiene de ver el mundo; cuenta cómo logran sobreponerse aprendiendo que nadie debe arrogarse el poder de contar su historia por ellos; y trata de difundir su historia para que, mostrándolos tal como son –tan únicos como todos, tan normales como todos–, se vuelvan, paradójicamente, invisibles.

Querido Jorge:
Chico listo. Sabía que darías con la contraseña, con nuestra contraseña. Perdona que lo haga tan complicado, pero es que ya no sé en quién confiar. Estoy paranoica.

Todos y cada uno de nosotros necesitamos de nuestra intimidad. Puede que ahora con esto de las redes sociales sepamos mucho mas de gente de nuestro entorno (y fuera de el) de lo que llegaríamos a saber si ellas. Esta sobreinformación nos hace creer que tenemos el derecho de saberlo todo de todos y no sabemos donde poner los limites.

Pomelo y Limón nos enseña  que cualquiera puede estar expuesto quiera o no a las duras criticas de los demás. ¿Tenemos el derecho de decir lo que queramos sobre los demás aunque creamos que lo sabemos todo?. Jorge y María son menores y aun así se les critica y persigue con ensañamiento y todo por ser “hijos de”. El precio de la fama dirían algunos, pero ¿Es justo ese precio?.

Jorge y María se quieren, están empezando a escribir su propia historia. Son jóvenes y tienen todo el tiempo del mundo para ello. Son dos adolescentes y hacen lo que cualquiera con su edad: Salen con los amigo, van al karaoke, se enamoran… y eso es lo que le paso a María, un día como otro cualquiera estaba en la piscina de su edificio y entonces apareció Jorge. Pero no tener unas madres tan anónimas como las demás hace que todo se complique hasta el punto en el que María es aislada del mundo exterior. Y así como nace esta novela, o mas bien esta campaña de privacidad.

Habían llegado a la altura de la verja de Juan. Jorge arrancó una flor de la enredadera, la última que quedaba ya, una auténtica superviviente.
-Toma
María quiso hacerse la dura.
-Parece una araña –dijo.
-Es que lo es –dijo él haciéndose el gracioso-. Chica lista.

La pega que le veo a este libro son los enlaces que nos encontramos a lo largo del libro, los cuales están muy bien pero tienen un problema necesitas una conexión a internet para poder verlos. La mayoría de ellos no es tan importante que los veas en el momento pero si que cuando estas leyendo de noche en la cama o en la piscina/playa corta un poco el punto, ya que si están puestos será por algo.



Begoña Oro ha conseguido que me enamore de su pluma con unos personajes dulces e inocentes que se vuelven entrañables y nos cuentan su historia de la mejor manera que saben. María con sus cartas y Jorge con unos dibujos increíbles, y no olvidemos al tercer y misterioso narrador que nos contara como empezó todo. Una novela que se lee en un suspiro y muy fresca lo que la vuelve una lectura perfecta para este verano.